Señora Ministra Olga Gólcher, si las comarcas fueran algo más que "depósitos geográficos" para sus habitantes, hechas para alejar, no ver y olvidar ciudadanos menospreciados, si sus habitantes fueran algo más que electores, mano de obra barata y posibles consumidores.
Si hubieran políticas para el desarrollo humano integral, posibilidades de vivir dignamente dentro de un proyecto de país incluyente y respetuoso de los derechos humanos, si no siguiéramos caminando hacia el totalitarismo de mercado global.
Entonces no existirían las condiciones sociales que existen en las tierras de nuestros hermanos originarios, los hijos de Abya Yala, que viven con los mismos problemas que la mayoría de todos nosotros, pero agudizados al extremo.
En fin, decir fácilmente que se abstengan de participar en actividades indebidas, cuando los deberes del Estado (¿para algo pagamos impuestos no?) no son satisfechos, cuando no hay posibilidades de realizar otra cosa, y los males del sistema dominante se infiltran por las grietas de culturas atacadas, no es nada más que una soberana estupidez de su parte.
Además, insinúa una culpabilidad no comprobada hacia todo un colectivo humano, irrespetando el principio de presunción de inocencia no sólo de los individuos, sino de los pueblos.
No todos vivimos con los varios miles de balboas mensuales con los que usted vive, por hacer mediocremente un trabajo, que entre otras cosas incluye, organizar la seguridad en todo el territorio nacional, tarea en la cual está dejando mucho que desear.
Trabaje antes de abrir la boca.
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