sobre gente con/sin importancia

Marcial es un compañero que trabaja en la Sección Académica de la facultad en que estudio. El asunto es que desde hace más de un año tengo problemas con retrasos en la entrega de notas por los profesores, en las matrículas, en los créditos.

Es un círculo nada virtuoso que alcanza para poner en "veremos" (al menos cada 6 meses) la beca que me da el IFARHU, cuando debo rendir informe que todo sigue bien según el plan de estudios.

Según lo que ayer arreglé y comprendí, mi primer semestre del 2006 está bien, sí estuve matriculado y sí tengo nota de penal, tras la inclusión tardía y el reclamo de nota que hice, y por suerte, conservo en papeles y copias. Pa' que después no digan que no.

Y lo único que tendría que hacer es la inclusión tardía del curso de penal del segundo semestre del año pasado. Hasta este momento pueden decir que esto es una historia personal que a nadie tiene por qué interesarle. Quizás siga de la misma manera.

Marcial me dice que todos los trámites en la facultad están jerárquicamente ordenados..."que las órdenes del decano van primero y antes que todo"..."que hay cosas importantes pero cosas realmente importantes", "más importantes"... que lo de los estudiantes a la cola pues.

Marcial no es un mal tipo, sus orígenes son evidentemente humildes, y me alegra que esté ocupando cargos mayores. Lo que me molesta es esa mala idea generalizada de que hay gente y asuntos importantes y sin importancia.

Asimilar como propios esquemas sociales que dividen la gente en primeros y segundos planos, por quienes venimos de los "segundos planos" es una costumbre deprimente. Empezamos a aceptar como correcto lo que dicen "desde arriba" y nos olvidamos que venimos "desde abajo".

Toda persona tiene importancia, cada asunto es importante para quien lo necesita, y los asuntos son de mayor o menor urgencia según el contenido del propio asunto, no por quién es el interesado.

Me tocará pasear mi rostro por las oficinas para que saquen mi papel por insistencia, obviamente no por importancia.

Pero Marcial, recuerda quién eres, recuerda que para quienes dividen a la gente en clases, tú, verdaderamente, no eres nadie. Idea que yo, a quien ubicas en último plano, no acepto.